Si me arregosté a la miel de su boca,
Colmena de inmensos aromas,
Habitada por lenguas bucólicas,
Que se rinden, al ardor de su Reina
¿Que hacer...?
Si me arregosté al haz que desprende
El tibio néctar de su cuerpo dormido
Y a ver como en su Alma, prende
Mis versos, mi hueco y mi estío.
¿Que hacer...?
Si él ya es fuente, río, luz, de mi nido
Tejido por miles de obreras,
A golpe de cantos y ritmos.
¿Que hacer...?
Si ya por mis venas corre su ser,
Y su savia es… inspiración... bajo mi manto vacío.
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